Hace
casi un mes, una amiga compartió esta noticia en su muro de facebook y me
pareció muy interesante.
Investigadores
del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla (CSIC Universidad de Sevilla)
y de la Universidad de Málaga han desarrollado un material biodegradable, a
partir de la cutina de la piel del tomate, para recubrir el interior de latas
de conserva y bebidas.
La piel
del tomate es resistente, no se funde (por lo que soportaría la esterilización
de las latas), no se disuelve y es estable y homogénea. Además, mantiene las
propiedades de los materiales que se han utilizado hasta ahora para recubrir
estos recipientes en cuanto a duración y resistencia.
Fuente para
ampliar información.
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