Besseling Group, una empresa holandesa especialista en la técnica de conservación por atmósfera controlada, está desarrollando un sistema que mide el contenido de clorofila de las manzanas.
Su objetivo es estudiar cómo se modifica la clorofila a niveles bajos de oxígeno y estrés para calcular la vida útil del alimento y poder decidir qué producto sale antes al mercado y cuál se mantiene almacenado hasta su estado óptimo.
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