Los zumos de naranja y otros cítricos tienen un alto contenido en compuestos antioxidantes, que ayudan a reducir los daños que provocan los radicales libres en nuestro organismo.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada ha desarrollado una técnica que obtiene unos valores diez veces superiores a los que indican los métodos de análisis actuales.
¿Cómo?
Al parecer, esta nueva técnica no solo mediría la actividad antioxidante de la fracción que se absorbe en el intestino delgado (como se ha estado haciendo hasta ahora) sino que se analizaría la fibra que llega al intestino grueso y que puede ser aprovechada por la microbiota intestinal.
¿Cómo?
Al parecer, esta nueva técnica no solo mediría la actividad antioxidante de la fracción que se absorbe en el intestino delgado (como se ha estado haciendo hasta ahora) sino que se analizaría la fibra que llega al intestino grueso y que puede ser aprovechada por la microbiota intestinal.
Esta nueva técnica se denomina ‘respuesta antioxidante global’ o GAR (sus siglas en inglés) y sugiere una revisión de las tablas sobre la capacidad antioxidante de los productos alimentarios que usan los dietistas y las autoridades sanitarias.
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